Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas. Historia

El Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas, creado en el año 1946, fue uno de los primeros que se crearon y se caracterizó por un funcionamiento irregular, entre otras razones porque desvió parte de sus recursos a la catalogación de bibliotecas que no tenían el imprescindible carácter de públicas, y a la adquisición de fondos eruditos para la Biblioteca Menéndez Pelayo. No obstante hubo biblioteca pública municipal, gobernada por una junta sui géneris en los ayuntamientos de El Astillero, Bárcena de Pie de Concha, Cabezón de la Sal, Castro Urdiales, Corvera de Toranzo, Laredo, Molledo, Renedo de Piélagos, Polanco, Potes, Puente Viesgo, Ramales de la Victoria, Reinosa, Selaya, Torrelavega, Valdeolea (Mataporquera) y Villafufre.
Estas irregularidades funcionales afectaron también a la Biblioteca Pública del Estado, confundida a veces con la Biblioteca Municipal, cuyos fondos se le unieron, o con la Menéndez Pelayo, por haber estado bajo la dirección del mismo funcionario, y por compartir un edificio inaugurado como casa de cultura en 1958, sito en la calle Gravina.
En un primer momento, Cantabria conservó la organización de su Centro Provincial Coordinador de Bibliotecas, pero, una vez recibidas las transferencias bibliotecarias, creó una Sección Técnica del Libro y Bibliotecas por Decreto 67/1986, hasta que la extinguió cuando dio nueva estructura orgánica a la Consejería de Cultura, Educación y Deportes por medio del Decreto 70/1989, de 13 de octubre. A su vez, esta consejería resolvió el 5 de diciembre siguiente integrar tanto las competencias como el personal de la extinguida sección dentro de la biblioteca pública hasta que se legislara en materia bibliotecaria.
Desde entonces, la Biblioteca Pública del Estado en Santander (Biblioteca Central de Cantabria) realiza tareas de asistencia y apoyo técnico a las bibliotecas públicas municipales, recoge información estadística sobre su funcionamiento, les abona suscripciones a publicaciones periódicas, les suministra material técnico, les facilita lotes bibliográficos de fundación, les distribuye gratuitamente libros de temática regional y organiza cursillos para la formación de sus encargados.

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